Se estima que, al menos, el 80% de las personas, en algún momento de su vida, aprietan los dientes de forma pasajera. Sin embargo, constituye un problema real en más de un 50% de los casos.
El estrés es cada vez mayor en la sociedad moderna. Cada vez hay más personas que sufren el llamado bruxismo, el hábito inconsciente de apretar los dientes por un factor emocional, aunque también puede asociarse a un mal encaje dentario. Varios tratamientos actuales pueden solucionarlo y evitar la pérdida de piezas dentales por destrucción del esmalte y la dentina así como otras terribles consecuencias, como dolor de cabeza y de los músculos de la mandíbula, cuello e, incluso, de oído.
La ATM es una articulación bicondilar que relaciona la mandíbula con el cráneo. Su interacción con la oclusión dentaria hace posible las funciones masticatorias, de deglución y de fonación.
Las superficies óseas articulares están recubiertas por un fibrocartílago con un menisco articular interpuesto que las hace congruentes, facilitando de esta forma los tres movimientos básicos de la mandíbula (apertura y cierre, lateralidades y protusión y retrusión).
Actualmente es impensable separar la articulación temporo-mandibular de las estructuras que la rodean y del resto del cuerpo. La importante relación biomecánica y fisiológica que presenta con el cráneo, el cuello y la cintura escapular, la hace vulnerable a todos los cambios posicionales que sufren estos segmentos, influenciados a su vez por la postura general del individuo a través de las cadenas musculares y articulares.
Este tipo de disfunción está considerada como una variedad de trastorno músculo-esquelético que constituye la causa no odontológica más frecuente de dolor orofacial.
Nos encontraremos ante diferentes patologías y sintomatologías con múltiples opciones de tratamiento: patologías agudas, como la que encontramos tras el tratamiento quirúrgico o las luxaciones de urgencia, y tratamientos más complejos de reestructuración y reeducación a largo plazo:
Como su nombre define, es el dolor que afecta el área de la cara y /o cabeza, de la boca y los dientes. Hablamos siempre de dolor Orofacial y disfunción craneomandibular, ya que estos trastornos son la primera causa de dolor Orofacial con un origen no dental.
Más del 50% de la población padece algún tipo de signo o síntoma relacionado con trastornos craneofaciales y la gran mayoría lo desconocen. Para algunas personas no origina ningún malestar, sin embargo, en otros casos el tragar, comer y hablar puede convertirse en un auténtico suplicio por el dolor que ocasiona. La articulación temporomandibular es la articulación más compleja y utilizada del cuerpo. Responsable de abrir y cerrar la boca. Gracias a ella, la mandíbula se articula con el hueso temporal del cráneo, delante del oído y a cada lado de la cabeza. Esta articulación se utiliza para funciones esenciales en el ser humano como es masticar, hablar, tragar y bostezar.
Cualquier desarreglo en el funcionamiento de la articulación temporomandibular, así como en los patrones de movimiento de los músculos de la masticación, posición de la lengua y deglución, posición del cráneo con respecto al cuello etc. puede provocar este tipo de dolor.
El funcionamiento mandibular es un sistema tan complejo que no puede funcionar por sí solo, sino que está enmarcado dentro de un sistema mayor llamado: Sistema Estomatognático. Éste abarca anatómicamente: dientes, así como las estructuras que los rodean y soportan, los huesos maxilares, las Articulaciones Temporo-Mandibulares (ATM), músculos que se insertan en la mandíbula, músculos labiales y linguales, columna cervical, vasos sanguíneos y nervios correspondientes y el cráneo. Este sistema está definido como una unidad morfofuncional anatómicamente integrada y fisiológicamente coordinada que se encarga de la masticación, el habla y la deglución, desempeñando un papel importante en la respiración.
Los síntomas que provocan esta disfunción van desde un dolor agudo y crónico dentro o delante de los dos oídos que se irradia a la cabeza, cara, piezas dentales, mandíbula, boca, garganta, nuca, cuello, hombros y brazos. También el paciente puede sentir ruidos articulares como chasquidos y crujidos, así como zumbidos o pitidos.
El fisioterapeuta es el profesional sanitario que se ocupa de restablecer cualquier anomalía del aparato locomotor. El cráneo, la boca y la articulación temporomandibular forman parte de este sistema. Se puede trabajar el síntoma, la causa u origen del problema, hacer trabajo de reeducación o reprogramación y también trabajo de coordinación entre diferentes profesionales.
El paciente puede notar alivio desde la primera sesión donde haremos un estudio completo de la postura general del individuo, el estado de su columna vertebral, y comenzaremos a liberar zonas de bloqueo tanto articulares como musculares.
Más a largo plazo reeducaremos patrones de movimiento para recuperar los gestos correctos y menos dañinos para la biomecánica craneomandibular.
Depende del estilo de vida del paciente podrá ser definitivo o necesitaremos sesiones de mantenimiento esporádicas.
Si ha contestado afirmativamente a alguna de estas preguntas es posible que padezca un Síndrome de Disfunción Articulación Temporomandibular o Dolor Orofacial.